sábado, 19 de marzo de 2011

Una Increible Historia de Amor

Sus nombres son Ed Watson y Derence Kernek, y tienen 78 y 79 años. Son pareja desde hace más de cuatro décadas, y juntos han vivido una vida en común llena de amor, pese a las muchas dificultades que les supuso durante años vivir en un entorno hostil. Ahora libran la que puede ser una de sus últimas batallas. Watson, enfermo de Alzheimer, quiere contraer matrimonio con Kernek antes de que la enfermedad le impida reconocerlo.

Watson y Kernek se conocieron en la Universidad Estatal Politécnica de California en septiembre de 1970. Acabaron trabajando para Sprint, una compañía de telecomunicaciones, y fueron trasladados a Kansas City. Allí vivieron durante años lo más aisladamente posible de vecinos y compañeros de trabajo -que nunca supieron de su relación- para evitar las reacciones homófobas. “La seguridad era importante, así que nos trasladamos a un lugar en medio de la nada, lejos de vecinos, compañeros de trabajo y del Ku-Klux-Klan“, rememora Kernek. Contaron para ello con la complicidad de una iglesia inclusiva local: en 1989 celebraron en la iglesia una ceremonia de unión ante unos pocos amigos.

Tras la jubilación, la pareja se trasladó a Oregón, donde durante unos años regentaron una granja biológica en la que cultivaron sus propios productos. Hace cinco años, incapaces ya de mantener la granja, se establecieron en Palm Springs (California), donde registraron su unión civil, y donde se han convertido en activos miembros del grupo local de Prime Timers, un organización de mayores gays que organiza múltiples actividades sociales.

Ahora Watson y Kernek quieren ver cumplido un último sueño: poder contraer matirmonio mientras Ed, diagnosticado de Alzheimer el pasado verano, pueda ser consciente del momento. “Para nosotros es importante casarnos mientras Ed pueda todavía mirarme a los ojos y reconocerme“, cuenta Kernek. Por eso la pareja se ha unido a Courage Campaign, una red de activismo político progresista que, entre otras muchas causas, lucha por recuperar el derecho de gays y lesbianas a contraer matrimonio en California, perdido tras la aprobación de la homófoba Proposición 8.

Pese a que el estado de Watson se ha deteriorado en los últimos meses, la pareja todavía confía en que la batalla judicial que en estos momentos tiene lugar ante la Corte de Apelaciones de San Francisco tras la declaración de inconstitucionalidad de la Proposición 8 por un juez federal les permita casarse pronto en California, su hogar. “Cada vez es más difícil para Ed moverse de una habitación a otra. Irnos a otro estado está descartado“, explica Kernek. “Tengo días buenos y malos, pero conservo la esperanza“, ratifica Watson.

No sabemos si Watson y Kernek conseguirán su objetivo. Ojalá sea así. De lo que estamos convencidos es de que el ejemplo de sus vidas y su lucha no será en vano…

miércoles, 2 de febrero de 2011

Un Hecho Lamentable

El Consejo Constitucional francés dijo hoy que esta medida, presente en el Código Civil, no es inconstitucional. Agregó que las parejas del mismo sexo pueden llevar adelante “una vida normal” sin casarse.

El máximo órgano constitucional francés consideró que no existe una discriminación en la ley que establece que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer.

El Consejo señaló además que debe ser el Parlamento quien modifique la norma si considera necesario legalizar ese tipo de uniones, sin que la actual, que prohíbe los matrimonios homosexuales, sea entendida como contraria a la Constitución.

La instancia consideró que la ley actual no priva a los homosexuales del derecho constitucional a tener una vida familiar normal, puesto que tienen la opción de vivir “en concubinato” o constituir una pareja de hecho.

“Ese derecho no implica que las parejas del mismo sexo puedan casarse”, estableció en su sentencia el Constitucional.

Agregó que los artículos del Código Civil que precisan que el matrimonio es la unión de un hombre y una mujer no constituyen una ruptura del principio de igualdad, ya que el legislador es libre de establecer una diferencia entre parejas homosexuales y heterosexuales.

“No corresponde al Consejo Constitucional sustituir la apreciación del legislador sobre la toma en consideración, en este tema, de esa diferencia de situación”, indicó.

De esta forma, el Consejo adoptó una postura similar a la que tuvo hace unos meses cuando se le preguntó por la constitucionalidad de la autorización de adopción a parejas homosexuales.

Como en aquella ocasión, el organismo no quiso condicionar los cambios legislativos y remitió a los parlamentarios esa labor.

Las asociaciones lesbianas, gays, bisexuales y trans mostraron su decepción por la decisión, que consideraron “carente del coraje que se le supone a una instancia que pretende ser una Corte Suprema”.

Para el abogado Emmanuel Ludot, que representa a la pareja de lesbianas que llevó la cuestión hasta el Constitucional, la decisión del Consejo es “política”.

“A un año de las Presidenciales no han querido intervenir y han enviado la papa caliente a los candidatos”, dijo el letrado.

Pese a su decepción, el abogado aseguró que seguirá buscando resquicios legales para tratar de hacer avanzar la causa del matrimonio entre personas de un mismo sexo.

En concreto, Ludot tiene previsto ahora que el Constitucional se pronuncie sobre el derecho de que se inscriban en los registros franceses las bodas contraídas por ciudadanos galos en otros países, incluidas las de homosexuales que se hayan casado en países donde estas uniones son legales.

Así, el abogado anunció que sus clientas irán a casarse a Barcelona y, posteriormente, pedirán que su unión sea aceptada en Francia, aunque eso les lleve a retornar ante el Constitucional.

“Cuando uno no puede alcanzar la cima por la cara norte tiene que intentarlo por la cara sur”, dijo el abogado.

Más dura se mostró la letrada de la Asociación de Padres Gays y Lesbianas (APGL), Caroline Mecary, quien acusó al Constitucional de “falta de coraje”.

“Han dejado escapar una ocasión histórica de acabar con una discriminación que sufren tres millones de homosexuales franceses que no pueden casarse”, señaló la letrada.